El aislamiento es una herramienta de la ingeniería sísmica muy útil en países como el Perú, que se ubica en una zona altamente sísmica y con potencial peligro de sucumbir ante un terremoto mayor a los 8 grados en la escala de Richter.
Esta tecnología permite no solo obtener una importante protección sísmica para diferentes obras civiles, sino que puede generar un ahorro importante en el proceso de diseño.
Los aisladores sísmicos pueden utilizarse en obras de distintas envergaduras, incluyendo puentes, tanques de almacenamiento de combustibles, edificios, entre otros. Los aisladores sísmicos han sido utilizados en obras tan importantes como el Terminal Internacional del Aeropuerto de San Francisco; la Corte de Apelaciones de San Francisco y el Cruce Occidental del Puente de la Bahía de San Francisco, todos ellos ubicados en la falla de San Andrés; y en nuestro país, el Hospital Regional de Moquegua y también el inmobiliario Atlantik Ocean Tower.
Asimismo, tienen una duración promedio de 50 años y cada uno tiene un costo promedio de 500 mil dólares. Esto significa que su uso incrementa en 7% el presupuesto de una obra. Pero el daño del edificio en casos de sismos es mínimo, pues la seguridad es de hasta ocho veces más que con la construcción tradicional.
La norma técnica de edificaciones E.030 “Diseño Sismorresistente”, aprobada el 2 de enero del 2016 mediante Decreto Supremo N0 003-2016 del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, señala que a partir de la fecha, toda edificación deberá contar con condiciones mínimas en su diseño y un comportamiento sísmico que evite la pérdida de vidas humanas, asegure la continuidad de los servicios básicos y minimice los daños de la propiedad.